A WORD ON EARTH NEWS
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Illustration: Google Images
January 17, 2013
ABAJO EN ESPAÑOL
There is something quite contradictory with the West. Their landmark before the World is business, an activity, almost just a word, that defines their engine as a nation, their motivation, the brick-goals that build their economy, and the main reason for their presence everywhere. But then, they do certain things that contradict the good sense of good business. It happens with the relations with the Middle East. All that region that gave birth to ancient brilliant civilizations - the Persians, the Arabs, the Hebrews - from where many pearls for human life were created in terms of understanding of the world, tools and ideas, happen to be also a region that has seen for decades two things: oil and war. Their specific ways and religious believes often taken to extremes have kept them locked in a bubble, shut to the rest of the world. But they, as every other part of the world, have a contribution to make and the need to build on peace for the benefit of their own people and of the world as a whole in life and in business. An example.
Since the fall of Iran´s sha, a former business partner of the west, Iranian rulers grew and spread all around their country a strong an open hatred for the west, particularly for the Americans. Although their history records show that - apart from their bordering confrontation with Irak, in more than a century they have not invaded, attacked or engaged in open war with any nation - thousands of American flags have been publicly burnt, and extreme violence has showed its worst face. Hatred transformed into open, public thread managed to build a wall around them, all kind of sanctions that shut them off from the rest of the economically active world. It is an unfortunate but very illustrative World example of how hatred hurts, first of all, its owner. But any nation strangled by sanctions faces stagnation, isolation and needs. Some ways out are needed. An end to extremism would be a must. Recently, it has showed up in Iran a new face, a new voice - a voice of change - Hassan Rouhani, who is proposing to his people moderation instead of extremism, opening instead of isolation, and who visited and talked to the other side of hatred - fear - the proud owners of the flag they have so many times burnt. Here comes the business story. To every action there is, at least, a double reading. Sanctions did not just shut the Iranians from the world economy. It also shut the west from making business with a key country in a key region. The tighter the wall they keep, the certain Iranian´s efforts to find every other way out to push their economy forwards. In this world, they will certainly find them, not just in their region but in other countries that, in fact, may be west´s contradictors or competitors. The plain, flat, result: by keeping or reinforcing a lock for that region, whatever the reasons to do it, in the context of global economy they would be not only cutting themselves from growing economic relations with a huge area of the world stamped right in the middle of one of the most critical economical regions, but also would they be making their competitors stronger and numerous. Strange business. Very strange. Especially when history at all times clearly shows that business flourish everywhere when people give peace a chance./ SDMM, January 17, 2013
EXTRAÑO NEGOCIO
Hay algo contradictorio con el Oeste y en particular con los Americanos, al menos con algunos de ellos. Su marcha registrada en el mundo son los negocios , una actividad, casi una palabra, que define el motor de su nación, su motivación, los cimientos que construyen su economía, y la razón de su presencia en todas partes. Sin embargo, hacen cosas que contradicen el buen sentido de un buen negocio. Sucede, especialmente con las relaciones con el cercano oriente. Esa región que dio a luz antiguas y brilantes civilizaciones - los Persas, los Arabes, los Hebreos - de donde surgieron joyas para la vida humana en términos de comprensión del mundo, herramientas e ideas, han visto en las últimas décadas dos cosas: petroleo y guerra. Sus creencias religiosas y costumbres llevadas a menudo a extremos, los han mantenido en una burbuja apartada del resto del mundo. Pero ellos, como toda otra parte del mundo, tienen una contribución para hacer y la necesidad de construir en paz para el beneficio de sus gentes y del mundo, tanto enla vida como en los negocios. Un ejemplo.
Desde la caída del sha de Irán, antiguo socio del Oeste, los gobernantes iraníes crecieron y repartieron por toda su nación un odio decidido y abierto hacia el Oeste. Pese a que su trayectoria histórica muestra que - dejando de lado una confrontación fronteriza con Ikan, en más de un siglo Iran no han invadido, atacado o entrado en guerra con nación alguna - miles de banderas estadounidenses han sido quemadas públicamente, y una violencia extrema ha mostrado su peor cara. El odio transformado en una amenaza abierta y pública, consiguió construirles a los iraníes un muro en su entorno que los aisló del mundo económicamente activo. Es un desafortunado pero muy ilustrativo ejemplo en este mundo de cómo el odio hiere, en primera instancia a su dueño. Pero una nación estrangulada por sanciones, enfrenta estancamiento, aislamiento y necesidades y se ve obligada a encontrar alguna salidas. Poner fin al extremismo sería la primera de ellas. Recientemente, ha surgido en Irán un nuevo rostro, una nueva voz - una voz de cambio - que habla a sus gentes de moderación en reemplazo de extremismo, de apertura en lugar de aislamiento, y quien visitó y habló con el otro lado del odio - el miedo - los dueños de la bandera que ellos tantas veces han quemado. Aquí viene la historia de negocios. Para cada acción hay, por lo menos, dos lecturas. Los bloqueos no solamente aislaron a Iran de la economía del mundo, sino también dejaron al oeste por fuera del círculo de negocios de un país clave en una región clave. Cuanto más rígido el muro que les imponen, más seguros serán los esfuerzos de los iraníes por encontrar una salida que empuje su economía. En este mundo, sin duda, la encuentran, no sólo en su región sino también con otros países que, de hecho, pueden ser contradictores y competidores del oeste. El resultado neto: al mantener o aumentar las sanciones, cualesquiera sean las razones para hacerlo, en el contexto de la economía global oeste estaría no solamente negándose ellos mismos la posibilidad de entablar relaciones económicas con una nación gigante empotrada en medio de una de las regiones económicas críticas del mundo, sino también estarían fortaleciendo y aumentando su competencia. Un negocio extraño. Muy extraño. Sobretodo cuando la historia muestra que en todas partes los negocios florecen cuando la gente da una oportunidad a la paz. /SDMM, January 17, 2013