04 June 2012

ROYAL KEY


By: Sylvia Davila MM
Bogotá
www.pipolmagazine.com
Illustration: Google Images
June 4/2012
Copyright
A WORD ON EARTH NEWS
Abajo en Español
  
As history set it, after the fall of the Roman Empire European communities were left drifting pushed around by invaders. The man who could collect them and protect them won their loyalty and became their king. The institution adapted to every specific culture and crafted by the times, lived for many centuries until time´s clock gave its gong with the French revolution and a new era of governments by the people was born. Royalty disappeared in some places and in others it adopted a new role: symbols of unity for their peoples and ambassadors of their culture and wits to the world, among other things.  With the Media revolution, their charm and elegance became a target for people´s curiosity, a source of profit for the Media, and travelling models for fashion. Regardless of the work they do for their countries, to the world they belong just to magazines.  It needn´t and shouldn´t be so.
Two circumstances meet at the dawn of this millennium. On one hand, the world at large and Europe in particular, is facing a huge challenge where all the variables for survival are at stake. Great minds all around the world are struggling to find solutions at the root of the problems, to empower and handle change, to put together a puzzle that would save not just countries but the world as a whole. On the other hand, there is certain synchronicity in the countries that keep royal institutions, mainly in Europe: a new young generation of kings and queens, racing families, that are or are about to take their place in history. Their interesting position as permanent focus of attention of their peoples and of the world could make them not just ambassadors but actual workers on the issues that are critical at these times and that need people´s understanding and commitment. Issues that will define the course of history. William of England, the lion at its best; Spanish Felipe, Swedish Victoria, William of the Netherlands, Frederic in Denmark, Norigean Hookon, Albert of Monaco, William of Belgium, just as Japanese  prince Naruhito and some of the Arabian kings, build a new generation of men and women that command Media attention, respected and loved by many, that could be key to spreading understanding of the issues that matter the most for their countries, their Unions and the World at large. 
Time clock is again giving its gong. Long reigns as that of British Elisabeth II which reaches its sunset with duty successfully accomplished, set the dawn for a new era, a changing world, a unique moment for royalties to recall the good old fairy tale where peoples were guided by them to safety while sheding light on both. / June 4/2012 - Sylvia Davila Morales (C) 

 
EL SELLO REAL
Después de la caída del imperio romano, las comunidades europeas quedaron a la deriva rodeadas de invasores. El hombre que pudiera reunirlos y protegerlos ganaba su lealtad y se convertía en su rey. La institución adaptada a cada cultura específica y moldeada por los tiempos, sobrevivió varios siglos hasta que el reloj del tiempo sonó su gong  con la revolución francesa y una nueva era de gobiernos del pueblo vio la luz.  La realeza desapareció en algunos lugares y en otros adoptó un nuevo rol: símbolos de unión para sus pueblos y embajadores de su cultura en el mundo. Con la revolución mediática, su elegancia y carisma los convirtió en blanco de la curiosidad popular, en fuente de ingresos para los medios, y en modelos viajeros del mundo de la moda. Sin importar el trabajo que hagan para sus países, para el mundo pertenecen al mundo de las revistas, una situación que no necesariamente tiene que ni debe ser así.
Dos circunstancias se unen felizmente en este comienzo de milenio. De un lado, el mundo en general y Europa en particular, enfrentan desafíos que incluyen todas las principales variables de supervivencia. Grandes mentes de todo el mundo trabajan sin descanso para encontrar soluciones en la raíz de los problemas, para promover y manejar un cambio, para armar el rompecabezas que salve no solo a los países sino al mundo como una unidad. De otro lado, en los países que mantienen instituciones reales, especialmente en Europa, se da cierta sincronización: una nueva generación de reyes y reinas criando familias que están ya, o están ad portas, de ocupar su lugar en la historia. Su interesante posición como foco de atención de sus pueblos y del mundo en general, los podría convertir no solo en embajadores sino en trabajadores de los asuntos que son críticos en estos tiempos y que requieren de la comprensión y compromiso de todos. Temas que definirán el curso de la historia. Guillermo de Inglaterra, el león en su mejor momento, Felipe de España, Victoria de Suecia, Guillermo de Holanda, Federico de Dinamarca, William de Bélgica, Hakoon de Noruega, así como Naruhito de Japón y algunos de los príncipes de Arabia, conforman una nueva generación de hombres y mujeres que comandan la atención de los medios, respetados y amados por muchos, que podría ser clave en popularizar los temas de supervivencia que más importan para sus pueblos y para el mundo.
El reloj del tiempo suena de nuevo su gong. Largos reinados como el de la Británica Isabel II que culmina con el deber cumplido satisfactoriamente, marcan el inicio de una nueva era, un mundo cambiante, un momento único para que la realeza evoque el viejo cuento de hadas en el que los pueblos se ponían a salvo bajo su guía al tiempo que ponían luz sobre ambos. / June 4/2012 - Silvia Dávila Morales ©


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