By: Sylvia Davila MM
Bogotá
25 JUNIO 2012
TU VOZ
IN ENGLISH BELOW
La reforma a la “justicia” recientemente aprobada en el Congreso causó indignación, por su puesto, el país sintió la bofetada. Pero más que indignación por la burla, la reforma aprobada y su procedimiento pusieron en evidencia una verdad mucho más grave. La totalidad de los colombianos fuimos notificados públicamente que el estamento político se atrincheró en el Salón Elíptico en pos de una agenda propia que excluye al resto de los colombianos.
Tras las variadas escenas jurídicas, árboles para los saltos de los micos, surge el verdadero libreto que hace de éste un momento histórico. Quedó en evidencia que el Congreso de la República pasó de ser un target de organizaciones criminales para convertirse en la sede – centro de confluencia desde todos los frentes – de una organización política cuya esencia es el beneficio propio, la defensa personal, ningún respeto por las leyes y desdén por el prójimo. También parece claro que los procesos jurídicos y penales a los que están avocados un número alarmante de congresistas y altos dignatarios del Estado deben tener piso firme pues de otra manera no se explicaría tanto esfuerzo para intentar evadirlos, los del presente, los del pasado y los del futuro. Nunca en toda su historia había el país tenido tal número de congresistas procesados o encarcelados. También, si algo quedó claro en este insuceso es la inexistencia de los Partidos Políticos. Aquella figura teórica por la cual distintas fuerzas de pensamiento se contrastan, complementan y vigilan, cobija ahora bajo distintos nombres a una organización política que pasa por alto la Constitución, las leyes, el bien publico y hasta la lectura. Finalmente, el atropello masivo alcanzó tan altas dimensiones porque sus autores dieron por sentada una herramienta vieja y reina en Colombia, la impunidad. La fórmula siempre les ha funcionado. Negociación secreta, aprobación de última hora, escándalo mediático de dos días y todos para sus casas con el engendro en el bolsillo.
Lo que hace este momento histórico es que el atropello, también histórico, fue detenido por la gente, por los colombianos, siempre impotentes, estupefactos, adoloridos, resignados. Esta vez la Colombia sana se plantó y demostró que su voz puede modificar el libreto, el comportamiento de los actores y el conjunto del escenario. Ahora el contenido de la respuesta debe compadecerse con el tamaño de la afrenta y con el problema de fondo. La aplastante mayoría con la que se aprobó la reforma nos deja claro que, contadas excepciones, los colombianos de bien no tenemos quien nos represente en el Salón Elíptico, situación que, también es un hecho, es nuestro propio engendro. (Ver Hablando de Milagros, pipolmagazine *)
Son los momentos de crisis los que develan la esencia de los individuos y de los que surgen los verdaderos líderes. Este momento histórico puede limitarse a malabarismos leguleyos que arrojen un retazo de reforma, o mejor aún, la entierren, o puede ser una cabecera de playa para retomar un rumbo unido, un frente común, organizado, informado, dinámico que haga uso de las habilidades y virtudes de los ciudadanos colombianos que creen en la convivencia, el respeto, la vida, la productividad, el bien común y la paz. La misma Constitución con la que todos pretendieron trapear el piso, da herramientas a la gente. La Constitución que en manos de otros pierde todo sentido, puede en manos de los ciudadanos enderezar el rumbo. Es también un reto para el Presidente quien, si quiere evitar un caos irresponsable que dé aún más espacio a la infamia deberá definir y decidir un rumbo. El del liderazgo de la gente que encontró su voz y entiende bien de pantomimas, escenarios y circos invisibles, o el de quienes han hundido al país en desmanes, desfalcos, atropellos y violencia. La de una Colombia que se sobreponga a sus tragedias, reuna sus fuerzas y busque la salida en un mundo ya bien congestionado, o la de Colombia siempre sometida a la corrupción, la mentira y la violencia.
Parecería lógico que frente a una organización política atrincherada dispuesta a pasar por encima de todos los colombianos, todos los colombianos de bien, los verdaderos, hagan un frente unido para salvarse. La voz de los colombianos demostró su peso y puede ahora descubrir todos sus alcances. Sumo mi firma al Referendo Revocatorio. Doble afrenta es esta reforma al usar en sus rincones oscuros la palabra Justicia. / July 1/2012 - Silvia Davila Morales. (C)
YOUR VOICE
The Reform to “Justice” recently approved by Congress became a cause of people’s rage, of course. The country felt the slap on the face. But more than indignation, the approved reform along with the procedures used made evident a serious matter. Colombian peoples were publicly informed that the political social strata has trenched itself at the Congress Elliptic Hall to work on an agenda of their own which leaves out the rest of Colombian people.
Behind all the judicial efforts taking place the real script surfaces making of this an historic moment for the country. It is now evident that the Congress is no longer a target for criminal organizations but the headquarters – a meeting place from all fronts – of a political organization which essence is personal benefit, self defense, no respect for the law and disdain for others. It seems also clear that the judicial process in courser for an alarming number of congress men and women and other state servants must have solid basis, otherwise it would not be understandable why so many efforts taken to try to avoid them, those of the past of the present and of the future. In all its history the country had never had so many congress civil servants under a judicial process or in jail. This event left also clear the inexistence of the Political Parties. That figure by which different ways of thinking make contrast, complement and watch each other, covers now under various names a political organization that ignores the Constitution, the laws, the common good and even reading. Finally, this massive outrage reached such dimensions because its authors took for granted and old queen tool in Colombia, impunity. The equation has worked well in the past. Secret negotiations, last minute approval, a brief scandal in the Media, and there they go home with their creature in the pocket."
What makes of this an historic moment is that this outrage, also historic, was stopped by the people, good Colombian people always impotent, amazed, hurting, resigned. This time, healthy Colombia stood its ground and showed that its voice can modify the script, change the character’s behavior and the scenario at large. Now, the response must compensate the size of the offense and of the real problem. The overwhelming majority that approved this reform set it clear, good Colombians do not have representation in Congress, situation that, it is also true, is our own doing. (See pipolmagazine, Talking About Miracles).
This historic moment may become just judicial juggling that produces a remnant of a reform, or even better, burry it, or t could become a starting point to build a unify front, organized, informed, dynamic that make good use of the Colombian citizens that believe in sharing, respect, life, productivity, common good and peace. The same Constitution they all wanted to step on, gives tools to the people. The constitution that in other hands looses all his meaning, in people's hands could make things right. It is also a challenge to the President if he wants to avoid irresponsible chaos which would give even more space to infamy, he would have to define and decide leadership. The leadership of the people that found its own voice and knows well pantomimes, scenarios and invisible circuses, or that of those that have led the country to excesses, robbery, outrages and violence. A Colombia that surpasses its tragedies, join forces and searches for a way out in a world already complex, or Colombia always submitted to corruption and violence.
It would seem logic to face entrenched political organization ready to ignore the rest of Colombian people, with a unify front of all good Colombian people, the real ones, to find salvation. Colombian people found the strength of their voice and has now the opportunity to extend its reach. I do give my signature to the Referendum to revoke this reform that gave us a double offense by using in its dark corners the word Justice. / July 1/2012- Silvia Davila Morales.
26 JUNIO 2012
EN PANORAMICA NACIONAL / Reforma a la Justicia II
In English Below
La lectura de la indignación masiva de los colombianos va más allá de la reforma a la justicia. La masiva reacción ciudadana no tiene que ver tanto con la reforma sino con la justicia. O, mejor, con la falta de ella. La indignación de los colombianos tiene de trasfondo los innumerables crímenes contra las personas, la vida, los derechos y el erario, y de punta de lanza el hecho de que los estamentos diseñados para evitarlos y castigarlos demuestren complicidad o incompetencia.
En los últimos tiempos, los ciudadanos han sido testigos aterrados de una tenebrosa exhibición mediática de escándalos de corrupción que tocan, no solamente todos los estamentos sociales, sino todos aquellos que son vitales para el bienestar de la comunidad, la salud, la educación, el agro, las contrataciones, los impuestos, las vías, el bienestar familiar, en fin. La olla podrida abierta, los ciudadanos para defenderse no tienen otra cosa a qué acudir que al mismo sistema. Confían en los tres Poderes. Confían en que el Congreso los represente con una normatividad que haga viable su existencia, que el gobierno ejerza dirección y liderazgo para todos, y que las Cortes señales los limites para los desafueros e impartan justicia cuando ellos ocurran. En el fallido intento por reformar la justicia, sin embargo, en un sólo escenario, en panorámica nacional, los tres poderes estuvieron presentes. Esa es la ira ciudadana. Ningún servicio le haría al país pretender ver otra cosa. Los tres estuvieron presentes. Si sabían del engendro son cómplices y si no son incapaces. Por eso la ciudadanía se plantó, al fin y al cabo, es ella quien los pone en sus puestos. La gente más que reforma a la justicia pide justicia. Tiene sentido, es un tema de responsabilidad ejercida de lado y lado. Los funcionarios que olvidaron su condición de servidores públicos no deberían continuar en sus cargos. De su parte, la ciudadanía que tiene el poder de elegirlos, tiene también la obligación y la herramienta constitucional para vetarlos. Es un principio elemental de responsabilidad que cumplirían los unos y los otros para con el resto de los colombianos. El Ministro que renunció bajo la estampida es un ejemplo de ello. Gobernar es dar ejemplo.
La acción ciudadana, sin embargo, no se da solo en negativo, el castigo, sino también en positivo que es lo que el país quiere y necesita. Tendría también sentido que quienes tuvieron la integridad y el valor - en franca minoría - de oponerse al abuso ocupen la mesa directiva del Salón Elíptico. La gente también define la responsabilidad de los partidos. Los partidos políticos expuestos, sin coherencia, autoridad o visión, dejan un horizonte abierto para una organización ciudadana que represente el sentir de los colombianos en este día. La Corte Suprema de Justicia que con valentía defendió al país y a sí misma de no muy lejanas y frontales embestidas, tiene la oportunidad única de blandir con decisión la espada y la balanza que la identifican. Se empezaría a poner en orden la casa.
Ahora, es el río revuelto. El nuevo ministro de Justicia se inauguró anunciando que "tecnicamente" la reforma engendro debe publicarse para poder ser enterrada, como si las leyes en este mundo se escribieran para defenderse a sí mismas y no para defender a los pueblos. Se olfatea leguleyada. Los "conciliadores" proponen una constituyente a la espera de un foro legislativo que siempre y como siempre es susceptible de presiones, chantajes y rodos de dinero. El Gobierno ensanduchado entre el clamor público y la cosa política hace malabarismos para atender a la una y a la otra. Las Cortes reciben de la ciudadanía una nueva tonelada de denuncias. Rio revuelto.
Pero el río revuelto es también un momento de decisión profunda, de definición de rumbo. Lo positivo de este escenario que abrió el intento de reforma es que - pese a los intentos por no verlas u ocultarlas - las cartas están sobre la mesa y, por lo tanto, la posibilidad de enderezar el juego. El Congreso necesita verdaderos padres de la patria que velen por el bien de todos y que reemplacen a aquellos que olvidaron su juramento. Quién llegue a esos cargos depende del voto ciudadano apoyado e informado por los Medios. Con un Congreso sano, las Cortes podrían estudiar la forma de hacer más eficiente su trabajo y darle la agilidad que tienen ahora los simios deshonrosos. El Gobierno podría apuntarle a la reelección que desea cabalgando sobre el sentir y el voto ciudadano más que sobre la componenda política. Las organizaciones ciudadanas en acción podrían llenar el vacío convirtiéndose en partidos que representen de verdad al ciudadano de la esquina. Con una visión de Bien Común todos salen beneficiados. Sin revanchas ni argucias, con la intención clara de ponerle fin a la tragedia perenne de un país signado por la corrupción, la indolencia y la violencia. El primer paso lo dio la ciudadanía, la Gente. Y dado el anuncio del Ministro sobre la inhabilidad técnica para no publicar el engendro, el Referendo Revocatorio es necesario para defender el piso ganado por la Ciudadanía, por la Gente que en justa causa, comprensible indignación y decidida fuerza impone la justicia que le niegan los encargados de ejercerla a todo lo largo del Estado./ Sylvia Davila Morales (C)
Ilustración Google Images.
IN NATIONAL PANORAMIC
Reform of Justice, Part II.
Massive indignation of Colombian people goes further than a reform to justice they do not approve. The citizen’s massive reaction refers not so much to the reform but to justice, or even better, the lack of it. Colombian’s rage has at the background crimes committed against persons, life, rights and public funds, and as detonator the fact that the state institutions designed to avoid them and punished them showed complicity or incompetence.
During the last years, people in Colombia have been scared witnesses of a sinister exhibition on the Media of all kind of corruption scandals that touch not just all the social strata, but the social strata that is vital to people’s well being, Health, Education, Farming, Hiring, Roads, Taxes, Family Care, etc. The stinking pot opened, to defend themselves people has no other recourse that the system itself. They trust the three Powers. They trust that the Congress will represent them with laws that make their lives feasible. They trust that the Government will execute direction and leadership for all. They trust that the Courts will set limits to wrongdoings and impart justice when they are done. In this failed reform of justice, however, in just one scenario, in national panoramic, the three powers were present. That’s Colombians rage. No good would do the country to pretend ignoring what is clear. They all were present. If they knew about the abuse they are accomplices, if not they are incompetent. That is why people stood its ground. After all, it is them who place them in their posts.
What people is asking for is justice. It makes sense; it is a matter of responsibility and accountability on both parts. Those men and women who forgot their condition of public servants should not keep their seat. In turn, the citizens that have the power to elect them have also de obligation and constitutional tool to veto them. It is an elementary principle of responsibility in the benefit of all. The Minister who resigned under the stamped is an example. To rule is to give example.
People’s action may take form not just in negative, the punishment, but in positive which is what the country needs and desires. It would also make sense that those that in open minority had the courage to oppose the abuse should head the directive table at the Elliptic Hall. Peoples also define the political parties’ responsibility. In this scenario, the political parties exposed, incoherent, without authority or vision leave an open horizon for citizen’s organizations to represent the true feelings of Colombians today. On its part, The Supreme Court of Justice that courageously stood for the country and for itself in a not so far away frontal charge, has a unique historic opportunity to hold the sword and the scale that identify it. The house would begin to find order.
The situation now leaves an unsteady situation. The newly named Minister of Justice announced that technically the reform has to be published in order to burry it…as if laws in this world were written to defend themselves and not to defend peoples. The conciliators of the reform are heading for a national constituent, a legislative forum always, and as always, susceptible to pressures, blackmails and tons of money. The Government, midway between people’s cry and the political thing, juggles to attend the one and the other. The Courts are receiving new tons of denounces.
But an unsteady situation is always a moment of deep decisions to take course. The positive face of this scenario is that, despite the efforts not to show them, the cards are on the table and, therefore, the possibility to set the course right. The Congress need true fathers of the nation that take care of all and that replace those that forget their vows. Who reaches those seats is in the hands of citizens’ vote supported and informed by an objective Media. A healthy Congress would permit Courts to study a more efficient way to do their job and to give it the speed that disgraceful micos have. The Government could search the reelection they want riding people’s want more than accomplishing political arrangements. Citizen’s organizations could fill the void becoming parties that represent everybody. With a vision of Common Good everybody wins. No revenge or cunning, just the clear intention to put an end to the perennial tragedy of a country marked by corruption, indolence and violence. Peoples took the first step. And given the Minister announcement about a technical inability to prevent the publishing of a dark reform, the Referendum to revoke it is necessary in order to defend the ground taken by the people that in just cause, understandable rage and determined force imposes the justice that is being denied by those in charge to grant it all along the state of power./ Sylvia Davila Morales ©
Ilustraction> Google Images