By: Sylvia Davila MM
Bogotá
ABAJO EN ESPAÑOL
Le Hague international Court has just ended a long time dispute between Colombia and Nicaragua. The scenario: the Caribbean Sea. The discussion: demarcation of the continental platform and some islands. But what the court actually did was to demarcate the continental platform, indeed, and to offer the world a jewel of international jurisprudence. About the demarcation Nicaragua got the best part while Colombia lost with all the consequences it represents in terms of natural resources. The jewel comes with the decision on the little islands. According to Le Hague's magistrates, the islands marked in the map with numbers 2 and 3 belong now to Colombia but the sea that surrounds them belongs to Nicaragua. I would dare think that there exists not such antecedent in the world or in history. It is as if you told England, an island, that the land is theirs but the sea around them belongs to France. Or Japan surrounded by Chinese sea. The size does not matter, it is the principle what counts. The court decision creates an impossible situation for a piece of land which geographical destiny is the sea in its entire perimeter and, therefore, the decision is meaningless. The fact that those little islands are not inhabited does not justify the decision. They are land and, therefore, they are susceptible to be inhabited. What would those inhabitants do in islands which main resource is obviously the sea? How would they defend themselves should there be an aggression if the cannot leave the beach? This decision is, in fact, an historic jewel in jurisprudence.
Maybe,
the only advantage of this decision for the inhabitants of these
islands would be that to travel abroad during vacations all they have to
do is walk to the beach, sink a foot into the water and there they are
abroad.
However, all estern jurisprudence since de Roman senate until today has got hold of a very simple fact: antecedent, precedent, record. Whenever a case faces the wall of uncertainty, lawyers spend long sleepless nights looking for an antecedent. If one is found to have been proved right in the past in a similar case, the weight of history falls following antecedent. Therefore, if Le Hague court keeps their decision on Colombia-Nicaragua sea demarcation conflict, an antecedent would be set for history and, from this very moment in time on, the same principle is feasible to be applied to every island in the planet. Being that the case, and once it is clear that Le Hague magistrates can legislate against common sense, every island in the world - around 173 that belong to more than 50 countries - should do well to sleep with one eye open and, certainly, embracing the sea that surrounds them.
The fact is, that this
world that turned from the very beginning, has seen in its history
waves of hegemony from various civilizations. From Cirus to Alexander,
from Temistocles to Cesar, from Gengis Khan to the European empires, all
of them influenced this world with all the colors and shades it
implies. And
the world keeps on turning. In one of its turns - see map - the Americas
show up as a big, strong, powerful piece of Earth facing another big,
strong, powerful piece of land across the sea. Just the economies of the
United States, Canada, Brasil, Mexico, Chile and Colombia together
create a solid view.
The Americas count with an inter-American system to deal with their various issues, to join forces, to face conflicts. It makes sense. In this challenging presente times where natural resources are key to present a future generations, the neighbors that nature gave are an irreversible fact. Holding strong a system that would keep them together, deciding the way they are going to live, thrive, share, divide, would make that portion of the map a true strong hold. In this specific case where Le Hague magistrates showed the world that they can legislate against human reason and common sense, it is the right of peoples to determine their own fate. After all, it is about the resources nature gave, their lives and the lives of their children what is at stake. A simple shift of a point of view always changes precisely that, the view. / Sylvia Davila M (c)
The Americas count with an inter-American system to deal with their various issues, to join forces, to face conflicts. It makes sense. In this challenging presente times where natural resources are key to present a future generations, the neighbors that nature gave are an irreversible fact. Holding strong a system that would keep them together, deciding the way they are going to live, thrive, share, divide, would make that portion of the map a true strong hold. In this specific case where Le Hague magistrates showed the world that they can legislate against human reason and common sense, it is the right of peoples to determine their own fate. After all, it is about the resources nature gave, their lives and the lives of their children what is at stake. A simple shift of a point of view always changes precisely that, the view. / Sylvia Davila M (c)
UNA JOYA AGUADA
La Corte Internacional de La Haya acaba de fallar sobre un viejo litigio entre Colombia y Nicaragua. El escenario: el mar Caribe. La discusión: la plataforma continental, islas y cayos. Pero lo que la sentencia de la Corte hizo, de hecho, fue delimitar la plataforma continental, de un lado, y de otro ofrecerle al mundo una joya histórica de jurisprudencia internacional.
Sobre la delimitación de la plataforma en el fallo Nicaragua consiguió la mejor parte y Colombia perdió con las implicaciones que tiene la decisión en términos de
recursos naturales. La decisión sobre los cayos es la joya histórica. Según los
magistrados de La Haya las porciones de tierra en el mapa referenciadas con los
números 2 y 3, pertenecen a Colombia pero el mar que los rodea pertenece a
Nicaragua. Me atrevería a pensar que no existe antecedente de esto en el mundo
o en la historia. Es como si le dijeran a Inglaterra, una isla, que el terreno
es de ellos pero el mar que los rodea de Francia. O que Japón se viera rodeado
por mar de China. En este caso el tamaño no importa, es el principio lo que
cuenta. El fallo de la Corte crea una situación imposible para una porción de
tierra cuyo destino geográfico es mar en todo su perímetro, y por lo tanto, la decisión
es un despropósito. El hecho de que no estén habitados no justifica la
decisión. Es tierra y, por lo tanto, es susceptible de ser habitada. Qué harían
los habitantes de esos cayos cuando el mayor recurso de toda isla es obviamente
el mar que la rodea? Cómo podrían defenderse de posibles agresores si no pueden
salir de la playa? Es por eso que el fallo a este respecto es una joya histórica
de jurisprudencia internacional. Quizás la única ventaja que tendría sería que
para salir de vacaciones al extranjero sus habitantes sólo tendrían que caminar
hasta la playa, meter un pie en el agua y ya están en el extranjero.
La Corte Internacional de La Haya acaba de fallar sobre un viejo litigio entre Colombia y Nicaragua. El escenario: el mar Caribe. La discusión: la plataforma continental, islas y cayos. Pero lo que la sentencia de la Corte hizo, de hecho, fue delimitar la plataforma continental, de un lado, y de otro ofrecerle al mundo una joya histórica de jurisprudencia internacional.
Sin embargo, toda
la jurisprudencia occidental desde el Senado Romano hasta nuestros
días, ha echado mano de un simple hecho: antecedentes. Siempre que un
caso se enreda en la incertidumbre, los abogados pasan largas noches
buscando un antecedente. Cuando encuentran uno que en el pasado haya
sido aprobado en un caso parecido, el peso de la historia se impone
siguiendo el antecedente. Por lo tanto, si la corte de La Haya mantiene
el fallo sobre el conflicto de demarcación marítima entre Colombia y
Nicaragua
se habrá establecido un antecedente para la historia y, a partir de este
momento y en el futuro, el mismo principio es susceptible de ser
aplicado a todas las islas del planeta, alrededor de 173 islas pertenecientes a más de 50 países. Siendo ese el caso y una vez
quedo claro que los magistrados de La Haya pueden legislar en contra de la razón humana y del
sentido común, cada isla de este mundo haría bien en dormir con un ojo
abierto y abrazando al mar que los rodea.
El hecho es que este
mundo que ha girado desde su mismo comienzo, ha visto en su historia
oleadas de hegemonía de diferentes civilizaciones. De Ciro a Alejandro,
de Temístocles a César, de Gengis Khan a los imperios Europeos, cada uno
ha ejercido influencia en este mundo con todas las luces y sombras que
ello implica. Y
el mundo sigue girando. En uno de sus giros - ver mapa - Las Américas
aparecen como un pedazo de Tierra, grande, fuerte y poderoso mirando a
otro grande, fuerte y poderoso pedazo de Tierra al otro lado del océano.
Sólo las economías de los Estados Unidos, Canadá, Brasil, México, Chile
y Colombia juntas, crean una vista sólida.
Las Américas cuentan con un Sistema InterAmericano para atender todos sus asuntos, unir fuerzas, dirimir conflictos. Todos sus asuntos. Tiene sentido. Frente a los profundos retos de estos tiempos en los que los recursos naturales son clave para las generaciones presentes y futuras, los vecinos que la naturaleza tuvo a bien dar son un hecho ineludible. Echar mano de un sistema de actuación conjunta que los mantenga unidos y decidiendo la forma en que van a vivir, trabajar, compartir o dividir, haría de esa porción de tierra en el mapa una verdadera fortaleza. En este caso específico en el que los magistrados de La Haya le demostraron al mundo que pueden legislar en contra de la razón y el sentido común, es derecho de los pueblos determinar su propio destino. Después de todo, son los recursos que la naturaleza dio, sus vidas y las vidas de sus niños lo que está en juego. Una simple modificación del punto de vista siempre cambia exactamente eso, la vista./ December 14/2012- Sylvia Davila Morales M (c)
Las Américas cuentan con un Sistema InterAmericano para atender todos sus asuntos, unir fuerzas, dirimir conflictos. Todos sus asuntos. Tiene sentido. Frente a los profundos retos de estos tiempos en los que los recursos naturales son clave para las generaciones presentes y futuras, los vecinos que la naturaleza tuvo a bien dar son un hecho ineludible. Echar mano de un sistema de actuación conjunta que los mantenga unidos y decidiendo la forma en que van a vivir, trabajar, compartir o dividir, haría de esa porción de tierra en el mapa una verdadera fortaleza. En este caso específico en el que los magistrados de La Haya le demostraron al mundo que pueden legislar en contra de la razón y el sentido común, es derecho de los pueblos determinar su propio destino. Después de todo, son los recursos que la naturaleza dio, sus vidas y las vidas de sus niños lo que está en juego. Una simple modificación del punto de vista siempre cambia exactamente eso, la vista./ December 14/2012- Sylvia Davila Morales M (c)
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