14 March 2013

EL NUEVO MUNDO...UN MUNDO NUEVO


Por: Silvia Davila Morales M
Bogotá
Copyright
March 14/2013
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En el momento en que Europa descubrió la existencia de un continente habitado por culturas imponentes que se extendía entre Alaska hasta la Patagonia, lo llamó el nuevo mundo. A ese momento le siguieron cuatrocientos años de colonia y el desvanecimiento de las culturas autóctonas. Hace apenas docientos años, las generaciones de británicos nacidos en el norte y aquellas de españoles y portugueses nacidas en el centro y en el sur soltaron amarras para dar paso a las naciones que conforman hoy las Américas. La historia lineal es simple, los recovecos más complejos.

En el norte, la necesidad de levantar un territorio inmenso sacó a flote la legendaria tenacidad de sus ancestros, y el permanente y violento enfrentamiento con las poblaciones indígenas creó entre ellos un sentido de comunidad solidaria. Cuando llegó la independencia, lograron mantener unidas en un sólo territorio cincuenta regiones distintas que habían construido por sí mismas comunidades funcionales. Los esclavos negros fueron liberados sin mezcla. Otra es la historia del centro y del sur. Allí, con la única excepción de Brasil, capítulo aparte, los colonizadores crearon centros de gobierno, almacenes de riquezas que abastecieron a Europa, asimilaron a la población indígena a la fuerza de trabajo, y se mezclaron con ellos y con los esclavos negros dando a luz un variado mestizaje. Cuando llegó la independencia, los funcionarios españoles fueron reemplazados por criollos españoles y el territorio se dividió en un gran numero de regiones que, pese a su origen y lenguaje común, delimitaron y cerraron sus fronteras. El esquema del que pretendían salir se mantuvo: una élite gobernante que puso a su servicio al variado mestizaje. Las comunidades constructoras que florecieron en el norte, en el sur tomaron la forma de mestizos recién independizados y negros e indígenas recién liberados, ya sin rey, sin comunidad y sin una estructura productiva propia. Las leyes de supervivencia se impusieron y el "salve su pellejo" y "arrímese a cualquier techo" también lo hicieron vacías de cualquier sentido de comunidad. El norte se convirtió en potencia mientras el centro y el sur han andado un camino largo y difícil.  Una sociedad que sólo cuida la punta del iceberg tarde o temprano se encuentra con el hielo. La inquietud social en América Latina ha tomado formas de fuerza, dictaduras de derecha y de izquierda, democracias formales en realidades desoladoras, revoluciones sangrientas y también pacíficas, intentos de organización continental y una perenne división endémica. El sur, desdibujado quedó a la sombra de la fuerza que generó la unión del norte. Esa es la historia.

La realidad de hoy, sin embargo, es otra. Como ha sucedido tantas otras veces a la Humanidad, el mundo entero hoy está avocado a una renovación de sus esquemas. El desequilibrio de fuerzas en una población de siete billones de personas, los primeros indicios de escases de recursos básicos, las fuerzas de la naturaleza arbitrando un profundo cambio, la precisión y regularidad de las crisis económicas dando fe de la fatiga de metal de las fórmulas, y un voluminoso número de personas buscando una vida digna en el planeta, lo están empujando ya a girar de otra forma.  El número de personas que habitan el planeta queda inevitablemente nivelado en la tabla global con la cantidad de recursos existentes. Todas las naciones, en todos los puntos cardinales, entraron en el proceso de ajustar su visión del mundo para remontar con éxito los nuevos tiempos. Esos son los hechos.

En ese mapa, las Américas, eje verde entre dos océanos, el nuevo mundo geográficamente privilegiado tendrá también que ajustar su lente. En el actual escenario la América Latina, rica en recursos y gentes, se convierte a la vez en cabecera de playa y en potencial botín para todos los rincones del planeta. Las viejas fórmulas de señoríos heredados o de sometimientos pasivos, de dictaduras que aplastan o de gobiernos indolentes dejan de tener sentido. Doscientos años de historia han demostrado el resultado de esas formulas: una inmensa población disminuida en su capacidad mental y física debido a la pobreza, debilitada y enfrentada al avance que la historia actual impone a todos. Avanzan uno y medio billones de chinos, una super-elite científica hindú, una Europa unida, una Norteamérica altamente tecnológica, los Arabes también unidos, los rusos, todas las regiones despliegan fortalezas. En ese mapa y llena de recursos, la América Latina tendrá que decidir si recibe el impacto dividida y enfrentada convirtiéndose en botín fácil para nuevas formas de conquista, para el botón la muestra de La Haya en la reciente delimitación marítima entre Colombia y Nicaragua. Los viejos enfrentamientos de extremos - beligerancias populistas de izquierda o imposiciones armadas de derecha - son sólo un obstáculo para asumir unidos el tsunami de esta hora, los extremos no se tocan.  La América del Sur dividida frente a la fuerza de los tiempos cae dividida. Desarrollar una visión unificada y propia y crecer a sus gentes en capacidad física y mental es la única salida. Los ejemplos no están lejos: Brasil lo está demostrado y México lo está haciendo.

Y, como si el universo quisiera dar un empujón a esa salida, aparecen el el horizonte dos variables poderosas y novedosas. En la América del norte, la otrora sombra, sus gentes hicieron una elección histórica al poner a la cabeza a un presidente negro que, por lo mismo, conoce en carne propia las minorías, la discriminación y la pobreza, y quien ha demostrado al mundo su determinación de impulsar una visión pacífica, mas equitativa, sostenible, inteligente y abierta. En el otro extremo, en el sur, surge un papa argentino al que apelan quinientos millones de latinoamericanos creyentes y quien, aún defendiendo posiciones que lo enfrentan con mentalidades más liberales, carga una trayectoria de auténtico interés por crecer no a unos sino a todos. El momento está dado, las Américas - Canadá, el norte, el centro el sur de las Américas y las islas del Caribe- sus gobernantes y sus gentes tendrán que decidir si lo toman o lo dejan pasar para la historia. Un momento en el que la mirada corta e inmediata se vuelva visionaria y futurista para que el nuevo mundo unido, crecido, productivo, pacífico y alegre como siempre lo ha sido, produzca un mundo nuevo.
/March 14/2013- SDMM

THE NEW WORLD.... A NEW WORLD

The moment Europe discovered the existence of a continent inhabited by extraordinary cultures from Alaska to La Patagonia, they called it the new world. That moment was followed by four hundred years of colonialism and the passing out of the original cultures. Just two hundred years ago, a generation of British born in the north and those of Spanish and Portuguese born in the south cut all ties to give way to the nations that conform today the Americas. The lineal story is simple, not so its corners.

In the north, the challenge to build a wide wild territory made surface the legendary tenacity of their ancestors, and permanent confrontation with the indigenous population created among them a sense of community and solidarity. When independence arrived, they managed to hold together, in one single land, fifty different regions that had built by themselves functional communities. Black slaves were made free without blending. A different story is that of the south. There, with the only exception of Brazil, chapter apart, the colonist set government posts, riches warehouses to supply Europe, they absorbed the Indians into the labor force, mixed with them and with the black slaves to create an interbreeding variety. When independence arrived, Spanish employees were replaced by creoles Spanish, the territory got divided in numerous regions that, despite its common origin and language, marked and closed frontiers. The structure they wanted to get rid of survived: a ruling elite that would have at its service a wide variety of blendings.  The community-builders that flourished in the north, in the south took the form of recently independent mestizos, along with recently liberated Indians and slaves, moving on without a king, a community or a production structure of their own. Survival laws prevailed, so did “save your own skin” and “find your own roof” void of any sense of community.  The north developed into a super power, the south has walked a bumping road. A social organization than takes care only of the iceberg peak, sooner or later finds the ice. Social uneasiness in Latin America has taken divers force forms, right-hand dictatorships and left-hand dictatorships, conventional democracies in the mist of devastating realities, bloody revolutions and also pacific revolutions, attempts to build continental organizations and a perennial endemic division. A blurred south lived under the shadow of the force generated by the union in the north. That is the history.

Reality today, however, is different. As it has happened so many times before to Humanity, the entire world is facing a renewal of all its conducts. The unbalance of forces in a population of seven billions, the first signs of basic resources scarcity, the strengths of nature mediating a profound change, the precision and regularity of economic crisis revealing the old formulas weariness, and the number of people searching for a dignified life in the planet, is pushing it already to turn differently. The number of inhabitants is inevitably leveled in the chart with the amount of available resources. Every nation, from all corners, has already begun to adjust their vision in order to surmount successfully the present times. Those are the facts.

Given that global map, the Americas, green axis between two oceans, the new world privileged by its geography, will have to adjust its lenses just as well. In the present scenario, Latin America, rich in resources and peoples, becomes both a head board and a potential bounty for all. Those old formulas that kept inherited “nobilities” or passive submission, crashing dictatorships or indolent rulers have no sense any more. Two hundred years of history have proved the results of those formulas: a huge population diminished mentally and physically due to poverty, weakened, facing the advance that history imposes to everyone. One and a half billion of Chinese are advancing, so is doing a super-elite of Hindu scientists, a unified Europe, a highly technological North America, the Arab world also unified, the russians, and so every nation is unfolding strengths. Placed in that map, Latin America will have to decide whether they take the impact divided and confronted among them, becoming an easy prey for new form of conquering, a recent example is Le Hague legislation in the Colombia-Nicaragua conflict. Old ways that meet extremes – leftist populist belligerence or rightist armed impositions – are only obstacles to take on this hour tsunami, extremes never meet. A divided Latin America will fall divided. The only way out is to develop a unified, own vision, along with a determined growing of its peoples in their physical and mental capacities. Examples are not far: Brazil has gone a long way and Mexico is on its way. North America did it and is trying to keep it.

And, as if the universe wished to give impulse to this opportunity, it appears in the horizon two powerful and innovative variables. In the north of America, its peoples made an historic choice setting a black President at the head of their destiny, a man that knows of minorities, discrimination and poverty, and who has showed the world his determination to pull through a pacific, more equitable, sustainable, intelligent and open vision. At the other side, in the south, arises a Pope to whom five hundred millions of Latin-Americans appeal, and who despite the fact that some of his ideas confront him with more liberal minds, carries with him a trajectory that shows an authentic interest to grow not just some but all. The moment is here, the Americas - Canada, the north, centre and south of America and the Caribbean islands-  its rulers and peoples will have to decide to take it now or let it pass to history, an historic moment when a short, immediate sight is replaced by a visionary, futurist vision that empowers the new world - unified, grown up, productive, pacific and as always joyful, to make a new world.
/March 14/2013- SDMM

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